¿Quién dijo que el Mediterráneo era solo para el verano? El invierno en la Comunitat Valenciana se revela como la época ideal para adentrarse en la naturaleza, para disfrutar del paisaje bajo un sol que no quema sino que calienta con dulzura.
Y es que aquí las temperaturas son suaves en general, están entre los 12 y los 20 grados, y se calcula que se disfrutan más de 2500 horas de sol al año.
Por supuesto, en el interior más montañoso, podemos encontrar lugares como la Sierra Calderona, el Penyagolosa, Bocairent o el Rincón de Ademuz, donde nieva ocasionalmente y nos permite disfrutar de una blanca estampa invernal.
Recorremos los senderos
Pero lo que está claro es que el invierno nos invita a adentrarnos en la naturaleza, a recorrer sus muchos senderos, a practicar el deporte al aire libre.
La Comunitat Valenciana dispone de un total de 22 parques naturales, repartidos entre sierras litorales y de interior, islas y humedales, divididos entre marjales y salinas y ríos. La región cuenta con una espectacular orografía que, sin llegar a superar los 2000 metros de altitud, dibuja un paisaje fascinante. Si a ello le sumamos el clima mediterráneo, acentuado por la orientación norte-sur del territorio, el resultado es un entorno con numerosos hábitats de una gran biodiversidad.
Sierras de interior y litorales
Es una maravilla perderse en los parques naturales clasificados como sierras de interior, entre sus bosques y montañas, entre sus ríos y barrancos. De norte a sur podemos visitar los parques de La Tinença de Benifassà, El Penyagolosa, Del Desert de les Palmes, La Serra d’Espadà, La Pluebla de San Miguel, La Serra Calderona, El Parque de Chera-Sot de Chera, La Serra de Mariola y la Font Roja.
Los parques naturales clasificados como sierras litorales, la Serra d’Irta, el Montgó, El Penyal d’Ifac y la Serra Gelada son remansos de paz en invierno. La combinación de mar y montaña es imbatible y genera estampas bellísimas de espectaculares acantilados con la luz del sol reflejándose en el agua.
El agua como protagonista
Los humedales, tanto de las salinas como de las marjales, son paisajes con un encanto especial, que además están preparados para que el visitante pueda observar a las aves en su hábitat gracias a sus instalaciones. Parques como El Prat de Cabanes-Torreblanca, L’Albufera de València, La Marjal de Pego-Oliva, Las Salinas de Santa Pola, El Fondo y las Lagunas de la Mata-Torrevieja nos permiten conocer los secretos de un buen número de especies.
Por su parte, los ríos Cabriel y Turia dan nombre a los dos Parques Naturales formados a su alrededor, que dibujan paisajes tan bellos como diferentes.
Y finalmente, las Islas Columbretes conforman uno de los espacios insulares de mayor interés ecológico del Mediterráneo. Una visita a las islas en invierno nos proporcionará una paz y un contacto únicos con la naturaleza.
La ruta ideal
La infraestructura de todos los Parques Naturales de la Comunitat Valenciana está preparada para que pueda caminarse durante Kilómetros por sus senderos señalizados. Cada amante de la naturaleza podrá diseñar su ruta ideal: y es que hay caminos llanos y otros escarpados, hay rutas más largas y más cortas, más o menos exigentes, para cada gusto y condición física.
El territorio de la Comunitat Valenciana permite practicar un turismo activo durante los 365 días del año, también en invierno. La complejidad de sus sistemas estructurales, las pendientes acusadas, los extensos macizos e intrincados barrancos convierten a la región en un territorio ideal para actividades como el rafting, la escalada, el puenting, el ciclismo o la espeleología, entre otras.
Lo mejor de la gastronomía
Y cómo no, tras una jornada de actividad, qué mejor premio que disfrutar de la gastronomía local en alguno de sus pueblos encantadores. De sus quesos, sus vinos, sus embutidos artesanales, de sus platos típicos, de una gastronomía en definitiva tan variada como sus paisajes. Y descansar en alguno de los numerosos alojamientos con encanto para completar así una experiencia inolvidable.