Si viajamos con niños, Elche es sin duda el destino perfecto. Una monumental ciudad que alberga el mayor palmeral de Europa y que ofrece un abanico de actividades que tanto grandes como pequeños disfrutarán.
Decir Elche es decir palmeras, una especie que tiene presencia en la zona desde épocas prehistóricas, como delata el hallazgo de huesos de dátiles fosilizados. Pero fueron los árabes, con ayuda del regadío, quienes le dieron el aspecto en forma de jardines o huertos que hoy conocemos, creando un oasis de extraordinaria belleza y exotismo. Con más de 200.000 ejemplares, el Palmeral fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
Rutas emocionantes
Para hacer más atractiva nuestra visita con los más pequeños, optamos por coger el tren turístico que recorre las zonas más emblemáticas de la ciudad: el parque municipal, el casco histórico y la Ruta del Palmeral.
Emprender la Ruta de las Palmeras Singulares —hay 141 de las que se han seleccionado 19 por su historia o por su forma característica—, se convertirá en una divertidísima actividad. Podemos jugar a adivinar los nombres de cada una a partir de sus increíbles formas. Encontramos así la Palmera del Candelabro, a la que le brotan 5 brazos, que se alinean perfectamente y casi parece que vaya a salir fuego de sus extremos. O el Tirachinas: una palmera cuyo tronco, a la altura de un metro, se bifurca en dos brazos, un fenómeno botánico extraordinariamente raro. Impresiona la palmera conocida como el Tornillo, por tener en espiral una parte de su tronco o la Cobra, con las tres cuartas partes de su tronco arrastrándose por el suelo y que de pronto se alza como una serpiente amenazante. No abandonaremos la ruta sin llevarnos un recuerdo junto a la Palmera del Forat, un ejemplar que presenta un orificio en el centro del tronco, y que nos regalará una preciosa foto enmarcada.
Seguimos nuestra visita con un paseo por el Jardín del Huerto del Cura, un jardín exótico que fue declarado Jardín Artístico Nacional en 1943. Junto a los casi 1.000 ejemplares de palmera datilera, encontramos árboles de huertos tradicionales, como olivos o cítricos y una excelente colección de cactus y plantas crasas.
Pero sin duda, la joya del Huerto es la Palmera Imperial, que debe su nombre a la Emperatriz Elisabeth de Austria, más conocida como Sissí, que lo visitó en 1894 y quedó prendada de su belleza. Esta palmera, de 180 años de edad, rompe con las leyes de la biología: los hijuelos suelen nacer a nivel del suelo, cuando las palmeras tienen entre 10 y 15 años de edad; los suyos sin embargo surgieron cuando la palmera padre tenía más de 30 años y a una altura nada común de 2 metros, confiriéndole un aspecto imponente.
También en los jardines, encontraremos la Casa del Cura, la vivienda que utilizaban los hortelanos de la época, además de numerosos estanques que aportan frescura y belleza al paseo.
En uno de ellos podemos ver una reproducción del busto de la Dama de Elche, la obra maestra del arte íbero. Y siguiendo sus pasos, nos dirigimos hacia el Yacimiento de la Alcudia, donde se encontró el busto en 1897. En este yacimiento, se documenta la presencia humana desde el Neolítico hasta la época musulmana.
Joyas de la naturaleza
Si nos hemos quedado con ganas de más naturaleza y somos amantes de las aves, no dudaremos en visitar el parque natural de El Hondo, de un extraordinario valor ecológico por la abundancia y diversidad de aves que lo habitan. Posee además un gran valor paisajístico, ya que cuenta con terrenos de saladar bien conservados y está rodeado de históricos huertos de palmeras.
Y si a vuestros hijos les apasionan los animales, en Río Safari Elche pasarán un día inolvidable recorriendo el centro de conservación a pie o en tren con una visita guiada, y teniendo la oportunidad de bañarse con leones marinos. Si lo visitan en verano, podrán disfrutar además del parque acuático Splash Park.
Actividades sin fin
Para los más inquietos, Multiaventura Elche es la opción. Integrado en uno de los espacios verdes de la ciudad, el huerto de palmeras de Travalón Bajo, dispone de ocho circuitos adaptados a distintas edades y niveles de dificultad: 13 tirolinas, un lago navegable, una galería de tiro con arco, una zona con láser camp y la ‘Triaction Tower’ harán las delicias de los más aventureros.
Y si lo que les vuelve locos son los trenes, el ferrocarril vapor en vivo de Torrellano ofrece un recorrido sobre trenes en miniatura tanto para niños como para adultos que se completa con la visita al Museo del Ferrocarril.
Más para disfrutar
Por supuesto todas estas actividades son más que compatibles con un maravilloso día playero. Y es que Elche posee playas de arena fina y dorada, con un sistema dunar único, en las que relajarse.
Disfrutar de la gastronomía de la zona, del arroz con costra, del arroz con conejo y caracoles, del mujol del Hondo con all i oli o del marisco de la zona hará que la visita sea redonda.
Y es que Elche es una ciudad que lo tiene todo y apasiona a cualquier edad.