¿A qué niño no le gustan las aventuras y más si las puede compartir en con sus padres? Gran Canaria es el lugar perfecto para disfrutar en familia de un turismo diferente al que estamos acostumbrados. Sus increíbles paisajes, sus playas y montañas y su fauna exótica nos sorprenderán en cada rincón conforme descubramos las maravillas que nos esperan en una isla que parece de otro mundo.
Quizá Gran Canaria nunca se ha presentado ante nosotros como un destino de turismo rural ya que tradicionalmente esta isla ha sido considerada como un lugar en el que disfrutar de la playa y el sol. Sin embargo, hay mucho más que descubrir y disfrutar en familia: todo un continente en miniatura que va cambiando a nuestro alrededor sorprendiéndonos a cada paso. Sin duda, experimentar Gran Canaria desde una óptica diferente merece la pena.
Un clima inmejorable
Sin duda, lo primero que cabe destacar de Gran Canaria es el suave y amable clima que impera en la isla durante todo el año y que nuestros hijos agradecerán: la temperatura media anual es de 24 grados, una agradable temperatura aderezada con suaves brisas. El bienestar de los niños será tal que tanto si decidimos jugar y divertirnos en la playa como si elegimos recorrer los innumerables senderos que recorren la isla su energía no se verá afectada.
Este clima favorece también la existencia de flora y fauna exótica que no solamente se puede contemplar en lugares como Palmitos Park o el Jardín Botánico Viera y Clavijo sino también en toda la superficie de la isla. Además, tenemos que recordar que el paisaje de Gran Canaria cambia conforme nos movamos de una zona a otra y con él, sus plantas y animales. Cuando pasemos del desierto a los volcanes y de ahí a las playas y a los palmerales nos daremos cuenta de la gran riqueza medioambiental de Gran Canaria.
Pueblos con encanto
Uno de los pequeños tesoros escondidos de Gran Canaria son esos pueblos que van surgiendo en el paisaje conforme nos sumergimos en la isla. Ya se encuentren junto a la costa o en las montañas, cada uno de estos encantadores pueblos se armoniza con su entorno manteniendo vivas las tradiciones locales y haciendo gala de la amabilidad de sus habitantes. En Gran Canaria son especialistas en hacernos sentir como en casa y las familias somos muy bien recibidas.
Algunos de estos pueblos son Agaete, Mogán, Teror o Tejeda, pequeñas localidades que conservan toda la esencia de Gran Canaria y que nos permitirán disfrutar del auténtico sabor e identidad de la isla. Estos lugares pintorescos sin duda harán las delicias de nuestros hijos y nos ofrecerán momentos de relajación y descanso en nuestro periplo por Gran Canaria.
Deportes al aire libre todo el año
Otra de las ventajas de elegir Gran Canaria como destino de turismo rural es que no tenemos que esperar a la época del año adecuada para practicar turismo activo en familia. Debido a sus buenas y estables temperaturas, cualquier momento es bueno para una escapada en la que hacer deporte al aire libre y compartir nuevas y emocionantes experiencias todos juntos.
Por supuesto, el mar se presenta ante nosotros como un inmenso gimnasio a nuestra disposición para practicar todo tipo de deportes. Uno de ellos, sin duda, es el surf. No importa si nunca nos hemos subido a una tabla ya que hay varias empresas dedicadas a enseñar a los profanos sea cual sea su edad. ¿No sería divertido aprender todos juntos a mantenernos sobre una tabla de surf y navegar entre las olas?
Pero también tenemos montañas disponibles para nosotros. Una de las opciones más recomendadas para ir sin prisas es recorrer los senderos reales que nos llevarán a través de las montañas para que descubramos paisajes maravillosos mientras disfrutamos del aire puro y de una buena conversación con los nuestros. Las posibilidades son inmensas y no hay mejor manera de sumergirnos en la idiosincrasia de esta isla tan especial.
Las familias más inquietas que busquen algo más de emoción pueden elegir hacer un recorrido en mountain-bike. Existen diferentes rutas con varios niveles de dificultad por lo que no hay excusas para no subirnos a una bicicleta y hacer deporte en familia. Los más experimentados tienen a su disposición caminos rocosos y empinados donde poner a prueba su habilidad.
Por último, los variados paisajes verticales de Gran Canaria compuestos por barrancos y grandes paredes nos permitirán practicar escalada al nivel que queramos, una opción disponible para las familias que buscan compartir emociones fuertes. Algunas de las zonas de escalada más populares son el Roque Nublo, el circo rocoso Ayacata y el Tamadaba.
Disfrutando del paisaje
Entre tanta actividad, es necesario hacer alguna parada de vez en cuando para deleitarnos con las increíbles vistas de los distintos paisajes de Gran Canaria. Para esto, nada mejor que la Red de Miradores de Gran Canaria, un completo itinerario que nos permitirá movernos de un punto a otro para disfrutar de la orografía de la isla desde diferentes puntos.
Sin duda, merece la pena realizar estas excursiones que, sendero a sendero y paso a paso, nos conducirán hacia los mejores lugares desde los que descubrir valles, montes, costas, desiertos, oasis y, en fin, el puzzle con conforma el paisaje de Gran Canaria. Combinar el senderismo en familia y las vistas desde los distintos miradores será una experiencia que dejará sin aliento a todos.
Reserva de la Biosfera
A estas alturas no es de extrañar que la Unesco decidiera otorgar a Gran Canaria el sello de Reserva de la Biosfera a casi la mitad de su espacio geográfico debido a la particularidad de sus variados espacios naturales. Este espacio protegido abarca seis núcleos de poblaciones rurales que actualmente están vinculados a actividades tradicionales.
Uno de los motivos para este reconocimiento es el amplio muestrario de flora de la Macaronesia que Gran Canaria alberga en su territorio y que convierte a la isla en muestrario perfecto de este tipo de paisaje. Las especies vegetales que podemos ver en la isla se han conservado durante siglos de forma natural adaptándose al variado relieve en el que crecen.
Otra de las particularidades de Gran Canaria es su morfología que hace que se asemeje a un inmenso macizo que se eleva suavemente desde el nivel del mar hasta los casi 2.000 metros de altura del Pico de las Nieves. Esto ha provocado la aparición de pequeños microclimas entre los que destacan los bosques pino canario que hay al suroeste de la isla, una especie con características únicas en el mundo.
Tiempo para la historia
Una vez que hemos exprimido el patrimonio natural de Gran Canaria, toca descubrir también su historia y su cultura. Como no podía ser de otra manera, aquí también nos esperan grandes sorpresas ya que si los paisajes naturales son variados, las huellas de las culturas que han pasado por la isla también lo son y se entremezclan de una forma sorprendente y evocadora.
Si comenzamos por la época prehispánica, descubriremos que Gran Canaria está salpicada de numerosos yacimientos en los que contemplar los restos de los aborígenes que habitaban la isla. Puntos imprescindibles para conocer esta cultura son el Museo Canario y el Parque Arqueológico de la Cueva Pintada en Gáldar.
En nuestro periplo por distintos pueblos de la isla pero también en Las Palmas de Gran Canaria, su capital, veremos distintos estilos arquitectónicos en sus calles y edificios, unas veces en su expresión más pura pero otras, en un alarde de sincretismo que dota a estos lugares de un sabor único que solamente vamos a ver aquí. Todo esto se completa además con una extensa red de museos dedicados no solamente a la historia de Gran Canaria sino también a sus manifestaciones artísticas abarcando desde las cerámicas prehispánicas hasta los artistas contemporáneos.
Uno de los museos que va a entusiasmar a nuestros hijos es, sin duda, la Casa de Colón. Allí no solamente descubrirán cómo fue el paso del popular navegante por Gran Canaria sino que también aprenderán cómo era la navegación en la época del Descubrimiento de América con instrumentos y mapas de aquellos momentos. Además, se expone la evolución de la relación entre las Islas Canarias y América y una interesante colección de arqueología precolombina.
Ya es la hora de comer
Y después de nuestras andanzas al aire libre y del paseo por la historia de Gran Canaria, nada mejor que sentarnos a la mesa para degustar algunas especialidades de la mejor cocina canaria mientras comentamos lo que hemos visto e intercambiamos impresiones con nuestros hijos. ¿Qué es lo que les ha gustado más? Vamos a preguntárselo mientras probamos unas papas con mojo, un clásico de la gastronomía canaria que no nos podemos perder. No olvidemos degustar también los sabrosos tomates que se cultivan en la isla y verduras como las acelgas o los berros con los que se cocinan deliciosos potajes.
El clima subtropical de Gran Canaria favorece la existencia de frutas exóticas como aguacates, mangos, guayabas y papayas que pese a lo cual no consiguen arrebatarle el trono a la fruta canaria por excelencia, el plátano. Todo el norte de la isla está plagado de plataneras que abastecen de esta fruta que destaca por su sabor dulce y que además se sirve en múltiples formas: frito, rebozado o con gofio. El gofio es otro producto que debemos a los aborígenes y que consiste en una harina tostada de trigo, maíz o cebada.
Y habiendo mar, no podemos prescindir del magnífico pescado y marisco de sus aguas servido en forma de platos muy especiales como el sancocho, la vieja, el atún embarrado o los tollos sin dejar a un lado los cangrejos y la langosta canaria. Esto no quiere decir que no haya sabrosas carnes en Gran Canaria destacando el cerdo, el conejo y el cabrito, éste último muy popular en su vertiente asada.
Además de estos platos, existen especialidades locales que conservan el sabor casero que se mantiene con tenacidad: el chorizo de untar de Teror, el Queso de Flor de Guía hecho con cuajo y leche de oveja y el café de Agaete, único del mundo cultivado en Europa, son pequeños manjares que no debemos dejar pasar de largo.
Toda esta comida puede remojarse con alguno de los excelentes vinos producidos en Gran Canaria y con el ron Arehucas, fabricado en la bodega más antigua de Europa y proveedor oficial de la Casa Real española. Para finalizar, no nos queda otro remedio que disfrutar de algunos de los dulces más famosos de Gran Canaria: el bienmesabe, los suspiros de Moya o el mazapán de Tejeda.
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