No es ningún secreto que Galicia es una de las zonas de nuestro país que vale la pena visitar. Sin embargo, hay tanto por descubrir que a veces no sabemos ni por dónde empezar. Desde Turismo Rural con Hijos te lo queremos poner fácil recomendándote algunas de nuestras rutas preferidas donde exploraremos la naturaleza, cultura e historia de Galicia.
En Galicia encontraréis costas con acantilados impresionantes que te dejarán sin palabras. Además, también hay ríos, prados, montañas y valles que crean un aura especial y cautivadora que no es habitual. Es difícil decidir pero, en realidad, no tenéis por qué perderos nada. Se puede viajar a Galicia y disfrutar tanto del interior como de la costa y experimentar todo lo que tiene para ofrecer.

En lugar de recomendar las rutas más habituales vamos a hablar de algunas que aún no han sido descubiertas por muchos visitantes. Al elegir estas rutas menos transitadas, disfrutaréis de un ambiente tranquilo y relajado, ideal para ir en familia y desconectar de la rutina diaria en un entorno natural que invita a la relajación y a apreciar la belleza de la naturaleza en su estado más puro.

5 rutas por las costas de Galicia
Comenzamos por la ruta de O Porto de Espasante al Faro de Estaca de Bares para disfrutar con la vista de algunos de los acantilados más impresionantes y vertiginosos de Galicia. Salimos de O Porto de Espasante, un enclave de tradición marinero desde el que llegaremos a Punta dos Prados para encontrar un castro y la Garita da Vela, desde donde se vigilaban los mares en el siglo XVIII. De ahí seguimos por Céltigos hasta el desvío de Loiba y sus acantilados, los cuales podremos disfrutar desde el conocido como “mejor banco del mundo”. Atravesando aldeas y pequeños bosques llevamos a O Porto do Barqueiro con sus pequeñas casas con tejados de pizarra y el muelle en la playa de Arealonga.

Seguimos hacia Bares, donde encontraremos la Vila de Bares, una aldea tradicional de la zona y la playa del mismo nombre con sus cantos rodados. Podemos subir al Semáforo de Bares para ver la isla Coelleira y los restos de su monasterio medieval. Desde allí, caminamos hasta el faro de Bares, donde además hay una estación ornitológica para contemplar a las aves migratorias y podemos descansar antes de emprender el regreso.
Otra ruta diferente es la que nos lleva del castillo de A Palma al castillo de A Nogueirosa. Comenzamos por la Real Vila de Mugardos y el castillo de A Palma del siglo XVI, parte del sistema defensivo de la ría de Ferrol. Al lado encontramos el faro donde tenemos vistas de todos los castillos de la ría. Desde allí nos desviamos hasta el Montefaro de Ares. En la parte alta del monte nos recibirá el monasterio de Santa Catalina de Montefaro. En Montefaro disfrutaremos además de varios miradores como el de A Bailadora, desde donde divisaremos la ría de Ferrol y las siluetas de los castillos.

Ahora bajamos a Ares haciendo una parada en la iglesia románica de Santa Olaia de Lubre. En Ares, en el barrio de O Porto, encontramos la primera escuela de indianos de Galicia y la arquitectura típica traída de América. La playa es una ensenada de aguas tranquilas. Desde allí emprendemos el camino hacia Redes y Pontedeume, entre los que encontraremos la playa de A Magdalena y su espléndido pinar y bosque de alcornoques. Terminamos subiendo al castillo de A Nogueirosa, también conocido como Castelo de Andrade. Además de ser una pequeña fortaleza es un mirador increíble si accedemos a la torre del homenaje.
La tercera ruta que te recomendamos es del faro de Laxe a la Punta de O Roncudo. El faro de Laxe está en plena Costa da Morte, en el monte de A Insua. Desde allí vemos la ensenada de Laxe y la de Baleeria, donde se encuentra la playa de Os Cristais, con vidrios que sustituyen la arena. En Laxe descubriremos joyas como la iglesia de Santa María de Atalaia y la Casa do Arco.
Saliendo hacia Ponteceso hasta la playa de As Grelas desde donde veremos el monte Branco. Ya en Ponteceso estaremos rodeando un espacio natural con fauna abundante y variada con lodazales, dunas y el río. De vuelta llegamos a Corme Aldea, con su tradición marinera y agraria. Desde el puerto llevamos al faro y a la punta de O Roncudo. Terminamos la ruta en el faro de O Roncudo, desde donde disfrutaremos de las vistas de la Costa da Morte.
La ruta de las Catedrales del Cantábrico nos llevará por los campos de cultivo y los países marítimos del litoral de Ribadeo y Barreiros. Salimos del muelle de Porcillán para pasar bajo el puente de los Santos y alcanzar el castillo de San Damián. De allí pararemos a observar el paisaje desde el faro de Illa Pancha y al bajar encontraremos diversas playas hasta llegar a la Playa de las Catedrales.

Allí, además de disfrutar de los increíbles arcos de piedra podremos ir a lugares arqueológicos como la tumba medieval de O Coto o Punta do Castro. Más adelante alcanzaremos el Pico da Frouxeira donde se encuentran los restos de la antigua fortaleza. Por último, llegamos al pueblo pesquero de Rinlo cuyas casas con tejados de pizarra cuelgan de los acantilados.

La última ruta que te recomendamos es la Circular de Camariñas. En Camariñas la tradición marinera se solapa con la modernidad pero aún es posible admirar el famoso encaje de Camariñas elaborado por las artesanas palilleiras. Desde allí seguimos hasta Ponte do Porto para desviarnos después en dirección Camelle y Arou, donde destacan los colores vivos de las fachadas de las casas, creados con la pintura que sobraba de los barcos.

Ya en la Ensenada de O Trece, abierta al mar, veremos la ladera del monte de O Veo y el cementerio de los Ingleses. A lo largo de los acantilados y los peñascos transcurre el tramo hasta Vilán y su faro de 130 metros de altitud. Este faro también es el Centro de Interpretación dos Naufraxios, Faros e Sinais Marítimas. Desde allí iniciamos el regreso a Camariñas pasando junto a la ermita de Nosa Señora do Monte, protectora de los marineros.
5 rutas por el interior de Galicia
Comenzamos con la ruta que va de Pedrafita do Cebreiro a Samos. Empezamos desde Pedrafita do Cebreiro disfrutando de las verdes vistas de la sierra. Ya en O Cebreiro estaremos en una aldea tradicional muy vinculada con el Camino de Santiago. En lo alto de San Roque destaca una estatua que homenajea el esfuerzo y sacrificio de los peregrinos y la aldea de Hospital.
Desde Alto do Poio, en plena sierra de O Rañadoiro, tendremos una prueba de los increíbles paisajes de montaña de esta zona que deben superar los peregrinos. En Triacastela podemos descansar y disfrutar de la vida de un pueblo tranquilo. Desde ahí bajamos por los valles de Oribio y Sarria hasta llegar a Samos. En Samos encontraremos el monasterio de San Xulián y el río Samos que estructura la agradable villa que es una de las principales referencias en la entrada del Camino de Santiago.

La siguiente ruta nos llevará por el valle del Navia. Empezamos en A Fonsagrada, una de las localidades más altas y con unas vistas increíbles. En las tierras de Burón encontramos la Vía de Alfonso II hacia Santiago, el camino que recorrió este rey asturiano en su peregrinación.
Saliendo de A Fonsagrada pasamos por Paradanova y Fonfría con paisajes de pinos y matorrales que cambian su color y aspecto según la época del año. Hacia Vilar de Cuíña tendremos las primeras vistas del río Navia, cuyo curso seguiremos hasta el pantano de Salime y el Ponte de Boabdil. En este camino encontraremos dos miradores para descansar y disfrutar de las vistas. Por último llegaremos a Negueira de Muñiz, cuya capital es una aldea con arquitectura popular en medio de campos de cultivo y prados verdes.
La siguiente ruta es de A Cruz do Incio al mirador de A Pena do Teso Grande. Salimos de A Cruz do Incio, un pueblo ante bosques, para caminar después por Foilebar y Vilarxoán hasta llegar a A Ponte do Lóuzara. Tras ascender hasta Pedrafita do Courel alcanzaremos el valle del río Pequeno con su entorno colorido y frondoso salpicado de aldeas y prados verdes.
Cuando lleguemos a Seoane do Courel seguiremos el transcurso del río Lor para llegar a Folgoso do Courel, capital del municipio. Nos desviaremos hacia Vilamor y Frozán hasta descubrir la increíble cascada de Vilamor, un lugar perfecto para hacer un pequeño descanso. En Froxán, declarado Bien de Interés Cultural de Galicia, cruzaremos hasta subir sobre el río Lor y llegar al mirador de A Pena do Teso Grande. Desde aquí podemos seguir las cumbres hasta llegar a la aldea de Castro Portela sobre el valle del río.
La última propuesta es la ruta de Monforte de Lemos a Santo Estevo de Ribas de Sil. Desde Monforte de Lemos llegamos a Doade, centro de la viticultura de la zona, y tras pasar la aldea tendremos unas excelentes vistas del río Sil, el esplendor de la Ribeira Sacra. Moviéndonos entre los viñedos llegaremos al mirador de Souto Chao y, de ahí, al embarcadero de Doade para dar un paseo en catamarán.

Desde aquí subimos hasta Castro Caldelas, declarado Conjunto Histórico-Artístico, y de ahí pasamos al mirador de A Galeana. La siguiente parada será en Cristosende antes de volver a descender hasta la pasarela del río Mao por encima de los árboles. Seguiremos por el Cañón del Sil hasta Parada de Sil, haciendo un pequeño desvío hacia los Balcóns de Madrid para disfrutar de las vistas. La ruta termina en el Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, con origen en los siglos VI y VIII y declarado Monumento Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural.
Nuestra última recomendación son los puertos de Ancares. Para ello saldremos de Navia de Suarna siguiendo el curso del Navia hasta alejarnos del valle para ascender por el puerto de Folgueiras de Aigas. Mientras subimos y bajamos por el Camino de Rao disfrutaremos de unas vistas preciosas del valle salpicado de prados y aldeas.
Hacia Balouta veremos más pallozas que nos conducirán hasta el inicio del Porto de Ancares, una subida hasta el mirador en el límite entre Galicia y Castilla y León. A la vuelta, podemos parar en Piornedo para descansar. Seguiremos en Cervantes hasta Campa da Braña viendo bosques de distintos colores y texturas y llegaremos al castillo Torre da Ferrería. Por último, finalizamos a Pontes de Gatín en Becerreá, un relajante espacio junto al río Navia.