¿En busca de unas vacaciones para desconectar o una escapada de relax en familia? Nuestra opción, sin duda, es la lista de Formentera, un paraíso más allá de sus increíbles playas de aguas cristalinas. Paseos a pie o en bici, avistamiento de aves, rutas en kayac, parques con juegos… y mucho más hacen de Formentera un destino perfecto para disfrutar de la naturaleza y crear recuerdos en familia.
Formentera cuenta con una superficie de apenas 83 km2 y una distancia de 16 kilómetros entre sus dos localidades más alejadas por lo que se convierte en una isla manejable y pequeña en la que, sin embargo, vamos a vivir grandes aventuras. Además, el hecho de tener un terreno prácticamente llano lo hace aún más idóneo para visitar con niños.
El punto más alto de la isla es Sa Talaiassa, en la meseta de La Mola al este de la isla, que tan solo tiene 192 metros de altitud así que podemos subir hasta arriba en una mañana de bici en familia sin que los pequeños tengan que hacer demasiado esfuerzo.
Llegando a Formentera
¿Sabes que la aventura comienza antes de llegar a la isla? Tanto en Denia (de abril a octubre) como en Ibiza subiremos a bordo de un ferry que nos llevará sobre las olas hasta Formentera. Durante este paseo de apenas media hora disfrutaremos de la brisa mediterránea y el suave movimiento del barco.
Nada más poner un pie en La Savina ya podemos alquilar una bici y empezar a pedalear. La isla está perfectamente preparada para acoger ciclistas ya que las bicicletas casi han superado ya a los coches. De hecho existe una circular que limita el número de coches en los meses de julio y agosto para proteger el medio ambiente de la isla.
Y si estás pensando que una jornada en bici es propia de la primavera o el verano tienes que saber que en Formentera podéis disfrutar de esta actividad en cualquier época del año gracias a la suave climatología de la isla.
Playa de Ses Illetes
Si esta playa es una de las diez mejores del mundo y la cuarta mejor playa de Europa según Tripadvisor Traveller’s Choice es por algo. Se encuentra al norte de la isla, formando parte del Parque Natural de Ses Salines de Eivissa y Formentera, protegido desde 2001.
Esta playa se caracteriza por sus aguas cristalinas, poco profundas y tranquilas que posibilitan que los niños jueguen en la arena y se refresquen en el mar mientras los padres podemos disfrutar del día de playa.
Ses Illetes enlaza con la playa de Llevant y si seguimos al norte podemos ver la isla de Espalmador, situada a unos 100 metros de Formentera. Cuando hay marea baja podemos cruzar hasta ella por el Pas des Trucadors y disfrutar de otro paraíso virgen.
Otras playas en Formentera para ir con niños son Cavall d’en Borràas, la bahía natural Cala Saona, Ses Platgetes, Ses Canyes y Es Arenals, estas dos últimas adaptadas para personas con movilidad reducida.
La laguna Estany Pudent
Al sur del Parque Natural de Ses Salines nos encontraremos con la laguna de Estany Pudent, una área natural protegida que tiene una superficie de unos 3,5 kilómetros. Rodeándolo encontramos el camuino de Es Brolls, una actividad reposada y perfecta para hacer en familia y que nos permitirá ver distintas especies de aves (a los niños les encantarán los flamencos).
El Pilar de la Mola
El Pilar de la Mola es un pintoresco pueblo situado al este de la isla y que tiene un característico estilo hippy reflejado en su mercadillo artesanal. Para visitarlo tenemos que ir entre mayo y octubre, todas las tardes de los miércoles y los domingos.
Allí podemos encontrar desde ropa y las típicas alpargatas hasta bisutería, piezas de cristal y cerámica, pinturas, objetos de cuero, caricaturas… En fin, todo tipo de artistas y artesanos que nos harán pasar una tarde muy amena.
La carretera nos llevará hasta el faro desde el que hay espectaculares vistas sobre los acantilados recordados en el mar. Además, el Faro de la Mola es un espacio educativo y cultural en el que Julio Verne ambientó su novela de aventuras “Héctor Servadac”.
La costa de Tramuntana a Es Mitjorn
Rodeando la playa de Tramuntana en la parte norte de la isla encontramos los pueblos de Es Pujols y Es Caló con apenas 8 kilómetros entre ellos. Es Pujols destaca por su animado paseo marítimo lleno de restaurantes, terrazas, bares y tenderetes de artesanía. Allí, además, es donde se concentran la mayor parte de los hoteles y la vida nocturna. La joya de Es Pujols es Punta Prima, una planicie rocosa que se adentra en el mar con su forma afilada.
Es Caló es todo lo contrario. En la primera mitad del siglo XX fue un pueblo mercante de madera y carbón, sobre todo, además de refugio de barcos de pesca. Hoy día es un típico pueblo de pescadores lleno de tranquilidad y con embarcaderos y barcas tradicionales por doquier. Las pequeñas “platgetes” de Es Caló son calas de arena y piedra en las que se puede bucear para ver peces de colores.
Por último, ya en el sur, en Es Migjorn, nos encontraremos un arenal de 8 kilómetros de playas tranquilas y solitarias salpicadas de rocas como Mal Pas, Valencians y Es Arenals en las que pasear con tranquilidad mientras se escuchan las olas.
Sant Francesc, la capital
Los niños podrán jugar y pasárselo en grande en los distintos lugares de recreo y parques con columpios que hay en La Savina, Es Pujols o Sant Francesc, la capital.
Aquí podemos pasear por su precioso casco histórico en torno a la plaza de la iglesia, un edificio religioso que también funcionó como fortaleza defensiva. También podemos visitar la capilla de sa Ranca Vella del siglo XIII. En las afueras encontraremos los molinos del Molí d’en Mateu y el Molí d’en Jeroni, dos de los seis molinos que quedan aún en Formentera, aunque el mejor conservado es el Molí Vell en la Mola.
Paseos a caballo
Otra opción para compartir momentos inolvidables en familia es hacer una ruta a caballo. Desde el Centro Hípico situado entre La Savina y Sant Francesc tenemos dos opciones.
La primera opción es la mejor si no tenemos experiencia. Dura una hora y recorre los alrededores del Estany des Peix por el borde del agua de la laguna. La segunda opción dura dos horas y está pensada para gente con experiencia. Sale a última hora de la tarde y llega a Cala Saona a tiempo para ver la puesta de sol.
Diversión en el mar
Pero en el mar se puede hacer mucho más que bañarse y relajarse en la arena. Los 69 kilómetros de costa que bordean Formentera alternan playas de arena blanca con zonas rocosas y acantilados de distintas alturas.
En sus aguas podemos hacer cursos de iniciación al kayak, windsurf, vela, paddle surf y buceo. También podemos alquilar una embarcación con o sin patrón y llegar hasta lugares recónditos y sorprendentes a los que llegar practicando snorkel. Así podremos descubrir uno de los tesoros naturales de Formentera: una enorme y bella pradera de 700 km2 de Posidonia Oceánica del Mediterráneo declarada Bien Natural por la UNESCO en 1999.
Para ver el mayor ejemplo de posidonia tenemos que ir a la zona más septentrional de la isla donde encontramos un ejemplar de 9 kilómetros de longitud y 100.000 años de antigüedad.
Esta especie está en peligro de extinción y por ello desde Formentera se creó un proyecto solidario basado en el micromecenazgo, Save Posidonia Project, donde cualquiera puede apadrinar metros cuadrados de esta planta por un precio de 1 euros el metro cuadrado.
Observación de aves
Formentera se encuentra en plena ruta migratoria de aves entre Europa y África. Aunque en cada época del año podemos observar distintas aves el mejor momento para hacerlo es el otoño ya que es cuando se reúne una mayor cantidad de ellas.
A lo largo de todo el año pasan por Formentera más de doscientas especies distintas de aves sumando las sedentarias, las que llegan en primavera y verano, las que aparecen en invierno y las que van de paso en otoño.
Esta diversidad de fauna unida a la diversidad de flora es lo que favoreció que una buena parte del territorio de la isla de Formentera fuera incluida en la Red Natura 2000. Algunos espacios han sido nombrados Zonas de Especial Protección para las Aves y Lugares de Importancia Comunitaria.
Centro de Interpretación de Can Marroig
Formentera es naturaleza por todos lados y por eso tenemos que visitar el Centro de Interpretación del Parque Natural de Ses Salines de Ibiza y Formentera en Can Marroig, un lugar enfocado en los sentidos donde los niños podrán tocar distintas texturas de animales y plantas, escuchar los sonidos de la naturaleza, aspirar el perfume de flores…
También encontraremos imágenes de todas las especies animales y vegetales que hay en el parque para que seamos conscientes de su diversidad y también para aprender a reconocerlos cuando estemos paseando por la zona. En el apartado del paisaje submarino nos lo pasaremos genial gracias a un efecto que hace que parezca que estamos bajo el mar.
A la salida, podemos descansar a la sombra del pinar que rodea el centro de interpretación y aprovechar para hacer un picnic mientras los niños juegan en los columpios.
Las torres defensivas
Y si de verdad queremos sorprender a los niños tenemos que hablarles de las torres defensivas que hay en las costas de Formentera. Fueron construidas en el siglo XVIII para proteger a la población de los ataques de los piratas. Si aparecían barcos piratas en el horizonte, se encendía un fuego para mandar una señal de aviso.
Ir en busca de estas torres, además, nos llevará por paisajes de gran belleza y entornos naturales donde la tranquilidad impera. Esta excursión es una oportunidad para aprender un poco de historia de la isla.
Gastronomía
Por supuesto todas estas aventuras exigen descansos para recuperar energías. Por suerte, en Formentera nos espera una deliciosa gastronomía local que nos descubrirá nuevos sabores naturales.
La cocina de Formentera se basa en el Slow Food, gastronomía tradicional elaborada con productos autóctonos y vino de la tierra. Lo suyo es sentarse con tranquilidad a degustar platos como la Ensalada payesa, el frito de pulpo, el sofrito payés con carne y patatas, el bullit de peix (guiso de pescado con patatas) o los calamares fritos en su tinta.
Rutas Verdes en bicicleta
Formentera tiene 32 circuitos para recorrer en bicicleta aunque también se pueden hacer en pie si lo preferimos. Estas Rutas Verdes se abrieron en 2015 y suman más de un centenar de kilómetros surcando la isla.
Los trayectos ideales para hacer en familia son los siguientes:
Camino de sa Guía. Son 3,4 kilómetros que se recorren en 15 minutos en bici o 50 minutos andando. Nos llevará hasta el norte de la isla a través de un paisaje de sabinas, dunas y aguas de color turquesa.
Camino des Brolls. Son 4,5 kilómetros para recorrer en 25 minutos en bici o 70 minutos paseando. Rodea la laguna del Estany Pudent.
Ruta al Cabo de Barberia. Este trayecto se hace en 10 minutos en bici o media hora a pie y llega hasta el Faro de Es Cap y la torre de vigilancia des Garroveret. Desde allí disfrutaremos de las puestas de sol más bonitas de la isla y descender hasta una cueva subterránea, ¡toda una aventura!
Camino de sa Pujada. No se puede hacer en bicicleta, solo caminando. Cubre un trayecto de 4 kilómetros con una pendiente de 161 metros que nos llevará hasta las mejores vistas panorámicas de la isla.